545.-
De nou, Aznar.-
Pel Gener
del 2004 feia, en el meu bloc, una referencia explicita al Sr. Aznar que
ens anunciava que no es tornava a presentar a les eleccions previstes pel mes
de Març següent. El penjo de nou perquè,
passats els anys (14 anys i mig...) em
sembla, pel que lleigeixo i vaig sentint, que no ha perdut actualitat, perquè tot el que va fer va quedar
perfectament institucionalitzat. Era la
quarta entrada en el meu bloc i no creia que el que ens hauria d’arribar encara
seria pitjor... El vaig titular Pasos
perdidos volent fer referència a la
involució que havíem viscut. És llarg, però vuit anys de Govern Aznar no son fàcils de resumir.
4.- Pasos
Perdidos
Aznar se va. Existían serias dudas sobre el
cumplimiento de la promesa por parte de una persona endiosada y auto
considerado como imprescindible, pero se va. Es lo mejor que le puede pasar a
éste País mío y para el Estado en el que me toca vivir, creo que también. Existe siempre el miedo a lo desconocido, el
miedo que genera el desconocimiento de lo que nos depara el futuro, pero ésta vez soy optimista: peor que
hoy, no va a ser el mañana. Aznar se irá y lo que nos venga encima es imposible
que sea peor.
El cesarismo con que el Sr. Aznar ha desarrollado su actitud política, no tiene
parangón, salvo en las dictaduras convencionales actuales, que las hay, o peor
aún, en las dictaduras decimonónicas. Ha confundido a Dios con el César, se ha
imbuido de un mesianismo vaticano, ha reducido los poderes clásicos de un
sistema democrático a una pura correa de transmisión de su criterio personal.
Dejará al país entero en una situación política no diré que irreparable, pero
sí que muy complicada porque ha llegado al extremo de habituar al país a
considerar, por ejemplo, delito lo que simplemente es dialogo.
El espectáculo ha sido tristísimo. El Sr. Aznar ha
mantenido un distanciamiento permanente entre su pensamiento (de camisa azul,
yugo, flechas y correajes, todo hay que decirlo) con la realidad del Estado. Y
ese distanciamiento, ha ido en crescendo en ésta última legislatura. Ha
encabronado a todo el mundo, ha tratado a la oposición (mendicante,
seguidista y sin atisbos de
independencia, es cierto) con el mayor de los desprecios y la mayor de las
crueldades y todo ello con una sola finalidad: su lucimiento personal. El
cinismo y la demagogia han sido su norma de conducta. La sonrisa sardónica, en
claro amago de ese aspecto charlotín que
tanto le tortura, junto con la aparente rabia permanentemente manifestada por
esa forma de hablar con bloqueo máxilo-
facial y entre dientes, han sido constantes de las que parece que,
definitivamente, nos vamos a librar.
Algo habrá hecho bien, es de esperar; pero quiero
dejar una serie de pinceladas sobre lo que sí ha hecho mal, clamorosamente mal.
Terrorismo.
El Sr. Aznar tenía la obligación de terminar con
el terrorismo Etarra y no lo ha conseguido. Las medidas policiales, que
realmente son parte integrante de cualquier sistema antiterrorista, han dado
resultados positivos. Pero no se ha firmado la Paz, que tenía que haber sido su
objetivo prioritario. Y no se ha firmado la Paz, en mi opinión, por dos motivos
fundamentales: porque no se han utilizado todos los medios par conseguirla
(léase diálogo) y porque lo que él
quiere no es la Paz, sino la Victoria
(la diferencia no es sólo de matiz...)
olvidando aquella frase tan certera y aplaudida de Desmont Tutu de que la Paz se firma con los enemigos.
No obstante a esa obcecación, ha sido capaz de
viajar a Palestina, entrevistarse con Arafat (el que fue uno de los terrores
del mundo mundial, como diría un castizo) ofreciéndose como mediador en el
problema palestino al mismo tiempo que era incapaz de dialogar con los etarras, llegando
incluso a encarcelar a los que en su momento tuvo como interlocutores
considerados como válidos en Suiza. O ha sido capaz de reunirse con Gadaffi
(otro que tal...), de apuntarse al eje del bien tras el famoso 11 de Septiembre
presentándose como un auténtico especialista en
materia terrorista, considerando
siempre como más importante su lucimiento personal que el servicio que debe a los ciudadanos del país que preside. Da la
sensación de que el móvil de su actuación no sea más que el de una venganza
sobre aquellos que atentaron contra su vida. Es humano. Pero cuando los árboles
no dejan ver al bosque porque no existe la valentía de desbrozarlo, dejando a
un lado de forma manifiesta lo personal (y por lo tanto es posible que
accesorio para la sociedad en general), no queda claro si la actitud responde a
una grandeza de espíritu o, por el
contrario, al más ruin de los proyectos. Todo ello agravado por el estatus personal y político
del Sr. Aznar.
Irak
Nos metió en una guerra por puro servilismo (él
que es un pacifista de tomo y lomo...!).
La foto chulesca, sentado junto a Bush, con las piernas cruzadas y
apoyadas sobre la mesa sirvió para que su insignificancia personal se sintiera
dignificada y su Yo enaltecido. Pero la carga psicoanalítica de la foto es de
tal calibre que pone en evidencia que el inconsciente le traiciona, se le manifieste de forma
desbordante, incontrolado, tanto que hace añicos la presunta bondad de ratificación de aquel Yo enaltecido. Mintió de forma inmisericorde
cuando afirmó de la existencia de armas de destrucción masiva. Instrumentalizó
cuanto pudo para, simplemente, salir en la foto. Desoyó el clamor popular
(atiado por los socialistas, eso sí) exigiendo el fin de las hostilidades. Y lo
que es más grave: con su actitud arribista y servilista, se enfrentó a Europa,
creando un cisma profundísimo, y aún no reparado, entre los estados miembros de
la UE.
Euskadi
El desastre es total. Ha confundido con aviesa
intención la velocidad con el tocino. Un pueblo (y más los de un Estado como el nuestro que ha firmado la Carta de
los Derechos Humanos), le guste o no al Sr. Aznar, tiene perfecto derecho a
ejercer el derecho a su autodeterminación y él, como garante que era de los
derechos de los ciudadanos (de los de aquellos que no piensan como él,
también), no puede invocar una
Constitución que considera inamovible para negar aquellos derechos.
Aznar, como cualquier presidente de gobierno, promete servir al país que le ha
elegido. Luego cumple lo que le conviene (como todos, eso sí, pero con una
dosis de cinismo insuperable en éste caso), se enfunda de nuevo el uniforme
azul y vuelve a decirnos aquello que ya nos decía Franco: España Una, Grande,
Libre pero, sobre todo, Indivisible. Lo de “...antes roja que rota...” vuelve a
ser una triste realidad para los que soportamos la dictadura con la esperanza
de un futuro mejor, situación que evidentemente no se dio en su caso. El pensamiento único se ha impuesto. Ha demonizado
al pueblo vasco hasta extremos de conseguir la expulsión del PNV del grupo de
la Democracia Cristiana europeo. Víctimas del terrorismo, sólo lo son aquellas
que aplauden al líder indiscutible. Pierde las elecciones autonómicas, pero su
obstinación crece hasta el extremo de afirmar que las causas del terrorismo no
han de tenerse en cuenta en la lucha antiterrorista. Su obsesión enfermiza en
contra de todo lo nacionalista le convierte en esclavo de una Constitución que
maldijo en su momento. Esa esclavitud le es completamente insoportable (él es
un claro ejemplo del esclavo de sus propios gestos y de sus limitaciones)
pero está convencido de que la fidelidad a su tozudez es lo que le
hace grande, cuando realmente a lo que ello le conlleva es una deshumanización
total. La falta de grandeza espiritual consecuente, parodiando a Unamuno, le lleva al regodeo por el incremento de los
pobres de espíritu a su alrededor.
Libertades
La pérdida de libertades de los ciudadanos de éste
país es obvia. El diálogo y las ideas son delito, están proscritos y penados con la cárcel.
Sólo dos ejemplos: Ley de ilegalización de partidos políticos (se castigan las
ideas, la libertad de expresión, el derecho de reunión, etc...) y la Ley en
contra de los Presidentes Autónomos que sean capaces de llamar a las urnas a
sus gobernados para que ejerciten el más elemental de los derechos
democráticos: votar (Ley que no es más
que un paradigma de la imposición, otra
más, del pensamiento único y de la
criminalización del diálogo en sí mismo). La actitud de los Tribunales de
Justicia ante la independencia del Parlamento Vasco, como traca final, es
vergonzante. El ejecutivo manda y la dignidad de los jueces se pierde en
asentimientos cómplices. Así nos va.
Tribunales
y Justicia
La actitud personal de los Fiscales Generales (con
Cardenal y Fungairiño a la cabeza) es de puro y exclusivo servilismo para con
el César. El presidente del Constitucional es capaz de emitir juicios de valor
antes de tratar cualquier asunto,
condicionando a los miembros del propio tribunal. El Tribunal Supremo ha de
sancionar al Constitucional por negligencia. Nadie controla a los jueces que
son capaces de emitir sentencias que claman al cielo. Continúa la lentitud de
los procedimientos, exasperando a los justiciables. Mafiosos de pelo entero abandonan
las cárceles o se fugan impunemente. El pobre chorizo (lo de pobre es un decir,
pero se entiende) da con sus huesos en la cárcel con toda seguridad, porque es
el más débil, o sale de los juzgados,
tan campante, aunque pesen sobre de él no se cuantas denuncias. La
anunciada Reforma del sistema Judicial,
tampoco se ha llevada a cabo.
Es posible, como he dicho en un principio, que
algo haya hecho bien el Sr. Aznar porque, está claro que es absolutamente
imposible hacerlo todo mal. Pero he realizado simplemente unas pinceladas, con
algún juicio de valor, es cierto, sobre temas que entiendo importantes y sobre
los que he constatado hechos concretos, a pesar de todo. Y dejo adrede
determinados temas, no porque sean menores, sino porque, en mi modesta opinión,
necesitarían una ampliación del contenido
del presente escrito hasta límites novelescos. Y no es esa mi intención.
Pero dejo en el tintero temas como el Prestige, el Plan Hidrológico, las
campañas publicitarias del Ministerio de Trabajo del inefable Sr. Zaplana a mes y medio de las Elecciones Generales, la
sistemática oposición a la investigación
de Gescartera o a cualquier escándalo
por el estilo en el que los socios o adláteres del Sr. Aznar se puedan hallar implicados, o las
relaciones Iglesia - Estado o la
problemática creada por la avalancha
emigratoria, por ejemplo.
Así no se regenera una sociedad tocada por el desastroso final de la era socialista.
El neofascismo grandilocuente, demagógico, asesino cultural, dictatorial,
ultraconservador... Esa la herencia que nos deja el Sr. Aznar después de ocho
años de intransigencia. Veamos quién lo arregla, si es que hay alguien capaz de
arreglarlo
J. Vinyeta
Enero 2004
Repeteixo: Gener
del 2004. L’únic que ha canviat ha estat la substitució d’ETA pels indepes
catalans, perquè el demés, potser tot ens està igual, però actualitzant noms...
J. Vinyeta
7 de Juliol de 2018