dilluns, de març 11, 2024

781.- 11 de Març de 2024.-

 

781.-  11 de  Març de 2024.-

Vint anys després, és temps suficient per a intentar recordar i mantenir viu tot allò que vàrem  haver de suportar. Passats aquests 20 anys, recupero el que vaig escriure en aquell moment sobre allò que va passar  i que després ha estat denominat pel Punt Avui com  la Gran Mentida. Així ho vaig viure jo.

Madrid: 11 de Marzo de 2004

El Partido Popular ha echado el resto, y ha perdido.

Cuando el mundo entero daba ya por segura la participación de Al Qaeda en los atentados, el Sr. Acebes insistía en la necesidad de hacernos creer que los autores eran los Etarras. El objetivo era el de mantener, al menos hasta el lunes siguiente día 15, oficialmente, dudas razonables sobre la autoría de las bombas, aunque fuera sembrando falsedades. ETA, que había sido mantenida por el propio PP de una manera visceral, aunque no por ello menos irresponsable, en el centro de la campaña electoral, tenía que ser el autor de los atentados porque ello, y no otra cosa, beneficiaba las previsiones electorales del Partido Popular. El PP llega al extremo de reclamar del Consejo de Seguridad de la ONU una declaración sobre los atentados en el que se señale la autoría de ETA. El ministerio de Exteriores difunde una nota  a las Cancillerías en la que conmina a los Embajadores a manifestar la autoría de ETA en tantas cuantas ocasiones sea posible. La Moncloa, el Sr.Aznar directamente, se pone en contacto con los directores de los medios informativos escritos, indicándoles que el gobierno no tiene duda sobre la autoría  Etarra de los atentados, en clara y sospechosa actitud informativa. Todo ello junto constituye, a mi modo de ver,  el primero de los grandes y graves  errores que se irán sucediendo.

Pero la conmoción que causaron en todo el Estado los atentados del 11 de Marzo en Madrid, fue de tal calibre que la solidaridad de los ciudadanos  de todo el Estado se puso inmediatamente de manifiesto y sin ambages. El Gobierno e Aznar vehiculó esa solidaridad y convocó una manifestación para al día siguiente sabiendo que, aunque no la hubiera convocado, se hubiera  igualmente realizado. Toda la clase política, sin excepción, aceptó a regañadientes el lema de la manifestación para el viernes que impuso, de forma innegociable, el PP (“Con las víctimas, con la Constitución y contra el terrorismo”). Aceptó porque todos (incluso Batasuna, por esta vez...!), teníamos la piel erizada por el drama humano que se estaba viviendo y, ante todo, porque era imprescindible expresar la solidaridad de forma contundente para con el pueblo madrileño, a la par que se expresara un claro rechazo a la violencia. En la pancarta que encabezaba las distintas manifestaciones quedaba de manifiesto la manipulación política a la que el PP sometía a toda la ciudadanía del estado, apropiándose de la Constitución y mezclándola con los muertos y heridos de las bombas de Atocha. Así, siempre según el Partido Popular, quedaba subliminalmente clara la autoría de los hechos: las bombas eran de ETA y frente a ellas debían imponerse los valores constitucionales, aunque la información de que disponía el Ministerio de Interior fuera otra. Así fue. Pero quedaba clara también de forma manifiesta la bajeza moral del partido mayoritario: era la demostración palpable de que los muertos, para el PP, son sólo votos, de que las víctimas del terrorismo lo son en tanto generen beneficios electorales. Usar y tirar, para volver a usar cuando y como convenga. La pancarta patentizó un segundo y grave error del PP.

El Partido Popular pretende ignorar el alcance de las nuevas tecnologías. Por Internet y TV vía satélite, aparecen datos e informaciones que van confirmando que la autoría de los hechos va recayendo sobre del yihadismo. Le Monde, The Time, Washington Post, New York Times, BBC, CNN, la desvinculación de ETA, la carta enviada al periódico londinense por las milicias islámicas que se atribuyen los atentados... Nada hace cambiar la información que va facilitando el Ministerio del Interior. Al resto de los partidos políticos les agarrota el miedo. El exceso de prudencia y los silencios culpables les llevan al borde de la traición. Pero a la ciudadanía, no. En plena manifestación, comienzan los abucheos al PP, los gritos de “Quién ha sido” y crece el convencimiento de que la real causa de los atentados hay que buscarla en la participación de España en la guerra de Iraq impuesta por el Sr. Aznar: Su guerra, nuestro muertos… decia una pancarta

El  Sr. Acebes continúa con su obcecación, obediente a las órdenes del que le paga. Los cuerpos de seguridad del estado, hartos de que les hagan pasar por imbéciles y antes de que el pueblo llano les señale como incompetentes, se personan ante los juzgados aportando la información que poseen y que el Ministerio de Interior no dice tener, y consiguen la orden de arresto de sospechosos. El Partido Popular, con su prepotencia y chulería habituales, menosprecia a la sociedad civil y sigue informando poco, tarde y mal sobre las investigaciones que se están llevando a cabo. Ese menosprecio prepotente constituye el tercer y grave error.

Mientras tanto, la sociedad civil, que se siente manipulada y desinformada, empieza a organizarse: los móviles e Internet, esas dos armas que partido alguno puede controlar, llaman a arrebato para concentrarse en la Calle Génova y exigir del PP que confirme o desmienta lo que ya es de dominio público y corre de boca en boca. Primero son unas decenas de jóvenes los que se concentran frente a la sede madrileña del PP. Pero el número de personas va creciendo a partir de las seis de la tarde para ser ya miles a las 8 de la noche del sábado, Día de Reflexión. Sólo después de las amenazas que recibe el Sr. Acebes por parte del PSOE  (Rubalcaba aparece en TV y le dice  al PP aquello de …o lo decís vosotros o lo digo yo…), accede a informar de que han sido detenidos individuos de origen magrebí e hindú por presunta “... falsificación de  tarjetas de teléfono móvil...” (Sic). Continúan, según Acebes, las sospechas sobre ETA y en ningún caso se menciona a Al Qaeda. Esta comparecencia del Ministro irrita aún más a los concentrados, que toman conciencia clara del grado de manipulación al que pretende llegar el Gobierno. El candidato Rajoy acusa a los partidos de ilegalidad en el Día de Reflexión. El clamor es unánime y empiezan a extenderse por el país las concentraciones frente a las sedes del Partido Popular. A partir de ahí, la movilización es imparable y el cabreo aumenta. Madrid, Barcelona, Valencia, Palma... caceroladas más sonoras que las del año pasado, calles bloqueadas por la gente, coches circulando lentamente, colapsando las ciudades y haciendo sonar los claxons... Por TV3 se oye la voz del Conseller en Cap (Josep  Bargalló) en conexión telefónica, exponiendo la gravedad de la actuación del PP y exigiendo el fin de los silencios culpables de los medios de comunicación escritos, declaraciones que son inmediatamente mal contestadas por la Delegada del Gobierno en Catalunya, Susanna  Bouis. La suerte parece ya echada. La intencionada falta de transparencia e información con claros fines electorales sobre los atentados de Madrid, ha movilizado a la sociedad civil, por segunda vez en poco tiempo y en contra de los mismos.

Mientras el President Maragall llama a la calma, TVE está emitiendo una película sobre el atentado Etarra que costó la vida al Vicelehendakari Fernando Buesa en el año 2000. Siento vergüenza ajena y me sofoco.

 

15 de Marzo de 2004

El Partido Popular ha perdido las Elecciones Generales.  Lo que tenía que ser un paseo militar, se ha convertido, para el Sr. Aznar, en un calvario de difícil digestión. La prepotencia, la chulería, las malas maneras, el insulto, la crueldad para con los adversarios, las mentiras, la demagogia..., en fin todo lo que acompañaba al Sr. Aznar muy especialmente en los últimos años, se va con él. Él que,  con su visión cesárea y grandilocuente, aspiraba a la aclamación victoriosa en el balcón de la calle Génova, a bañarse en multitudes y a salir de  la Moncloa  bajo palio, con incienso, tras un cortejo de vestales lanzando pétalos de rosas a sus pies, con el seguicio laudatorio del Partido y de todos sus adláteres y con el inefable Jiménez Losantos  susurrando al oído del César aquello de “Recuerda que eres hombre...”, deberá  abandonar la política de éste país por la puerta trasera y a hurtadillas. Pero es que, además, lo quiera o no, llevará colgados a la espalda, de por vida y para la Historia, 200 muertos y más de 1400 heridos. Será su epitafio. Y deberá mantenerse permanentemente en silencio, porque, cada vez que intente hablar, que será para volvernos a mentir, alguien se encargará sistemáticamente de recordarle que, por su deseo de protagonismo y afán de lucimiento personal, Madrid, y todo el Estado Español, vivió las horas más amargas de su reciente historia un 11 de Marzo de 2004.

 

J.  Vinyeta

16 de Marzo 2004

 

Ara, passats aquests vint anys,  es tracta de  no oblidar als gairebé 200 morts i més de 1400 ferits que varen ser tractats com a pura mercaderia electoral, amb una prepotència i indignitat que queda per a la història. Recordem i maleïm els autors d’aquesta desfeta. Però no podem oblidar ningú, cap dels que, amb la mentida, varen   col·laborar en voler portar aquell desastre a una victòria electoral inacceptable  i ignominiosa. El Govern d’Aznar va caure, cert. Però la premsa, amb personatges com PedroJ  (El  Mundo),  Jimenez  Losantos  (la COPE, amb la benedicció dels bisbes), Zarzalejos (ABC) i molts d’altres potser menys significatius, encara mantenen intacta la seva impunitat.  Només és per a recordar-ho.

 

J. Vinyeta

11 de Març de 2024